Ilustración de Andrej Remnev
El otoño se acerca con muy poco ruido:
apagadas cigarras, unos grillos apenas,
defienden el reducto
de un verano obstinado en perpetuarse,
cuya suntuosa cola aún brilla hacia el oeste.
Se diría que aquí no pasa nada,
pero un silencio súbito ilumina el prodigio:
ha pasado
un ángel
que se llamaba luz, o fuego, o vida.
Y lo perdimos para siempre
González, Ángel, Otoños y otras luces. Barcelona: Tusquets, 2001
Prodigiosa esa imagen del ángel. Aquí ha dejado muchos grillos, como siempre que llega este mes.
ResponderEliminarQue disfrutes los últimos dones del verano, Angi.
ResponderEliminarCoincidimos con el gran Angel Gonzalez
ResponderEliminarSí, coincidimos.
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