Remedios Varo. Encuentro, 1959
RELACIÓN DE MEDIANOCHE
Si entras a esa casa, a medianoche;
si entras en ese mundo,
y sigiloso y en puntillas dejas
de respirar, quietas las manos,
y si los ojos fijas
en una hoja de papel en blanco
por algunas semanas, y luego te desprendes
de tu cuerpo:
o si lo dejas en los años que te quedan
por vivir, y nadie hay en la casa:
verás que el cigarrillo enciende al fumador,
y el vino se bebe al embriagado,
y el libro lee a su lector,
y la chaqueta se viste con su dueño,
y el pan engulle a sus hambrientos,
y el espejo se mira en el azogue de la dama,
y de improviso se enciende una pared
y asoma una cabeza, y la saludas:
o de súbito sale de tus hombros
el niño que serías, y lo besas,
o una mano en el aire te arroja
abejas de oro sobre tu cabeza:
o ves zarpar en las alfombras muertos,
o ves llegar la madrugada
y te duermes
en otra casa, y en el sueño tratas
de buscar lo que has perdido:
ese mundo real que ya no tienes,
porque entraste en el mundo de los ojos reales.
Salvo que entraras a esa casa, a medianoche,
y sigiloso, y en puntillas.
Arteche, Miguel, Destierros y tinieblas. Santiago de Chile: Pehuén Editores. Colección Premios Nacionales de Literatura, 1999 (1ª ed.)
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