martes, 11 de septiembre de 2012

ENTRE PERRO Y LOBO

“Son los seres que fui los que me aguardan”
O. Orozco



Imagen de Dino Valls


ENTRE PERRO Y LOBO


Me clausuran en mí. 
Me dividen en dos. 
Me engendran cada día en la paciencia 
y en un negro organismo que ruge como el mar. 
Me recortan después con las tijeras de la pesadilla 
y caigo en este mundo con media sangre vuelta a cada lado: 
una cara labrada desde el fondo por los colmillos de la 
     furia a solas, 
y otra que se disuelve entre la niebla de las grandes manadas. 

No consigo saber quién es el amo aquí. 
Cambio bajo mi piel de perro a lobo. 
Yo decreto la peste y atravieso con mis flancos en llamas 
las planicies del porvenir y del pasado; 
yo me tiendo a roer los huesecitos de tantos sueños 
     muertos entre celestes pastizales. 
Mi reino está en mi sombra y va conmigo dondequiera que vaya, 
o se desploma en ruinas con las puertas abiertas a la 
     invasión del enemigo. 

Cada noche desgarro a dentelladas todo lazo ceñido al corazón, 
y cada amanecer me encuentra con mi jaula de obediencia en el lomo. 
Si devoro a mi dios uso su rostro debajo de mi máscara, 
y sin embargo sólo bebo en el abrevadero de los hombres 
un aterciopelado veneno de piedad que raspa en las entrañas. 
He labrado el torneo en las dos tramas de la tapicería: 
he ganado mi cetro de bestia en la intemperie, 
y he otorgado también jirones de mansedumbre por trofeo. 
Pero ¿quién vence en mí? 
¿Quién defiende de mi bastión solitario en el desierto, la sábana del sueño? 
¿Y quién roe mis labios, despacito y a oscuras, desde mis propios dientes?

Orozco, Olga, Los juegos peligrosos (1962). Poesía completa. Madrid: Adriana Hidalgo Editora, 2012.

2 comentarios:

  1. magnífico poema de una de mis autoras preferidas.
    Hay una novela de Irene Nemirovsky que se llama "Los perros y los lobos".
    ¿Nos vemos hoy? ¿Navegaremos juntas?

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