sábado, 23 de junio de 2012

VERANO


O soleil c'est le temps de la Raison ardente.

G. Apollinaire

 Piedra del Sol. Museo Nacional de Antropología e Historia. Ciudad de México


USTICA (*)

Los sucesivos soles del verano,
la sucesión del sol y sus veranos,
todos los soles,
el solo, el sol de soles,
hechos ya hueso terco y leonado,
cerrazón de materia enfriada.

Puño de piedra,
pina de lava,
osario,
no tierra,
isla tampoco,
peña despeñada,
duro durazno,
gota de sol petrificada.

Por las noches se oye
el respirar de las cisternas,
el jadeo del agua dulce
turbada por el mar.
La hora es alta y rayada de verde.
El cuerpo obscuro del vino
en las jarras dormido
es un sol más negro y fresco.

Aquí la rosa de las profundidades
es un candelabro de venas rosadas
encendido en el fondo del mar.
En tierra, el sol lo apaga,
pálido encaje calcáreo
como el deseo labrado por la muerte.

Rocas color de azufre,
altas piedras adustas.
Tú estás a mi costado.
Tus pensamientos son negros y dorados.
Si alargase la mano
cortaría un racimo de verdades intactas.
Abajo, entre peñas centelleantes,
va y viene el mar lleno de brazos.
Vértigos. La luz se precipita.
Yo te miré a la cara,
yo me asomé al abismo:
mortalidad es transparencia.

Osario, paraíso:
nuestras raíces anudadas
en el sexo, en la boca deshecha
de la Madre enterrada.
Jardín de árboles incestuosos
sobre la tierra de los muertos.

(*) Islote en el mar de Sicilia. Fue cementerio sarraceno.

Paz, Octavio. Salamandra (1962). El fuego de cada día (Antología). Barcelona: Seix Barral, 1989.

2 comentarios:

  1. Gran poeta y gran ensayista. Con "El arco y la lira" llega a tocar esencias de la creacion.

    Saludos.

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  2. Totalmente de acuerdo. Para mí también "Los hijos del limo" es esencial a la hora de entender la poesía contemporánea.

    Saludos

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