jueves, 1 de diciembre de 2011

RECORDANDO A LA VIEJA SIRENA

"La vida no es la economía y no solo es desarrollo de la riqueza; es desarrollo hacia dentro de uno mismo, ahí está todo". 
J.L. Sampedro

José Luis Sampedro suma ahora  a sus muchos reconocimientos el Premio Nacional de las Letras 2011. Brillante narrador y ensayista, profesor, miembro de la RAE, es además y sobre todo un infatigable defensor de los valores más clásicos del humanismo.

A sus obras sobre economía, pensamiento político y reflexión biográfica, hay que añadir una extensa producción novelística que incluye entre sus títulos más logrados Octubre, octubre (1981), La sonrisa etrusca (1985), La vieja sirena (1990) y El amante lesbiano (2000). Su defensa de una economía al servicio de la dignidad humana y el prólogo que dedica a la famosa obra ¡Indignaos!, de Stéphane Hessel, le han valido este último año una enorme popularidad como referente intelectual y moral del Movimiento 15-M.

Sirena.G. Klint
Sirena. Klimt 

Por su relación con el espíritu de este blog, y por ser una de las obras de Sampedro que prefiero, me referiré aquí a La vieja sirena, una historia de magia y pasión ambientada en la Alejandría del siglo III. 

El origen de la novela, que escribió a lo largo de cinco años, está en la fascinación que el autor siente por Safo, esa mujer despechada que se arroja al mar. Dice Sampedro que eligió el mundo antiguo “porque necesitaba una época en la que la sirena fuera un ser probable”, y también por los paralelismos entre ese universo en decadencia y la situación actual del Occidente contemporáneo.

Egipto era entonces una oscura provincia de un Imperio romano en descomposición, con los bárbaros a sus puertas. Los viejos dioses se resistían a morir frente al empuje del cristianismo pero aún es tiempo de rendir culto a los oscuros mitos de la naturaleza y el poder femenino. En este marco de política y mitología se traman las historias de sus tres protagonistas: la misteriosa Glauka –o Irenia o Kilia la esquiva mujer de muchos nombres y vidas, el poderoso navegante Ahram, emblema del ambicioso hombre de acción, y Krito, el filósofo de sexualidad andrógina, que representa el valor de la racionalidad y la fuerza de la palabra.

La recreación histórica urde un denso tejido donde se entremezclan fantasía, lirismo y sensualidad. Lo que está en juego es la vieja oposición entre vida y poder, la apasionada dependencia entre dioses y hombres y la celebración del amor vencedor de la muerte. 

Para terminar este pequeño homenaje a Sampedro, recordaré la cita de Martin Luther King que encabeza su ensayo Los mongoles en Bagdad (2003) :“Cuando reflexionemos sobre nuestro siglo XX, no nos parecerán lo más grave las fechorías de los malvados, sino el escandaloso silencio de las buenas personas”. Esto es algo que –indudablemente nunca podrá achacarse a la generosa voz de Sampedro. 

Sampedro, José Luis. La vieja sirena. Barcelona: Destino, 1990. 680 p.

2 comentarios:

  1. La vieja sirena es una de mis novelas preferidas, una historia de amor escrita con maestría.

    Abrazos
    L.P.

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  2. Sí,una novela de amor, magia, historia y poesía que se disfruta enormemente.
    Ya veo que eres una de las seducidas por el canto de la vieja literatura.Gracias por leer mi cuaderno, que es también el tuyo.
    Un abrazo

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