jueves, 24 de noviembre de 2011

DE OTRA FORMA

La naturaleza es bella cuando al mismo tiempo parece arte
I. Kant.



Entre escultura y literatura se ha venido estableciendo un diálogo de largo recorrido a través del cual es posible rastrear una resignificación mutua. Hablar de escultura es hacerlo de sustancia y espacio, y también de una visión que evoluciona –como sostiene el poeta y crítico Antonio Abad desde la plana frontalidad y la subordinación a lo teológico, al salto tridimensional de la libertad humanista. Si en el XIX fue la pintura la reina de los movimientos estéticos, en el XX asistimos a una explosión renovadora de la escultura. En primer lugar, gracias a esa necesidad de superar el plano que anima a la pintura cubista, después por el cataclismo histórico que en el arte supuso la mirada de Picasso, ese gesto por el que el manillar de una vieja bicicleta se trasmuta en toro. Hablar de literatura es hacerlo de palabra y símbolo, y también de su alquimia icónica en las esculturas-poemas de Joan Brossa, los caligramas de Apollinaire o las Parole in libertà del futurismo.

Junto a mi balcón.Poema de Carmen Conde
Junto a mi balcón. Poema de Carmen Conde 
Hasta el 18 de diciembre puede disfrutarse en el Centro de Exposiciones de Benalmádena la exposición De otra forma, en la que Suso de Marcos investiga en este diálogo entre palabra y espacio para crear lo que podrían denominarse sus poemas matéricos o esculturas literarias.

La colección reúne unas 60 piezas organizadas en tres ámbitos temáticos que dan cuenta de una indagación en los materiales de que están hechas naturaleza y literatura, y de la confluencia de sus múltiples significados. En la serie "Uno por Una (un poema, una escultura)" se reúnen 15 piezas que reinterpretan en clave de metal, madera, vidrio o mármol, los versos de otros tantos autores contemporáneos (Caballero Bonald, Mª Victoria Atencia, Aurora Luque, José Antonio Muñoz Rojas, Carmen Conde, Ángel González…), conformando un singular bosque de símbolos visuales y verbales a la espera de completarse en la mirada del espectador/lector.

El segundo espacio, "El Quijote sin Quijotes (ni Sanchos)", hermana dieciséis piezas relativas a otros tantos pasajes de esta obra universal. En ella se han inspirado innumerables artistas, desde las clásicas ilustraciones de Doré a la revolucionaria parábola de Chagall, pasando por las miradas de Picasso, Dalí, Miquel Navarro, Eduardo Arroyo o Jaume Plensa, entre otros muchos. El acercamiento de Suso de Marcos se aleja de la representación plástica de los protagonistas para centrar su mirada en detalles textuales que transformará en lectura tangible.

Cap.IV.Segunda parte de El Quijote
Capítulo IV. Segunda parte del Quijote: "Volviendo Sancho..."
Finalmente, el grupo "Introyecciones" incluye esculturas de pequeño formato y unos magníficos dibujos. En ellos incide el artista en las sensaciones volumétricas inusuales a partir de una arquitectura organicista y surreal. Anidan aquí las ensoñaciones utópicas de Lequeu, las casas piramidales o esféricas de Ledoux y las construcciones oníricas de Escher.

Dice Suso de Marcos que el único arte que le interesa es el basado en la autenticidad de la materia y la factura. A la honestidad de su búsqueda se suma en esta muestra la metamorfosis del sentimiento escultórico en texto corpóreo.

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