EL CUERPO Y SUS METÁFORAS

Un cuerpo dice la verdad. No siempre, ni a la primera,

pero siempre es el cuerpo el que la dice.

J.M. Coetzee

Enhorabuena a Francisca Aguirre (Alicante, 1930), que obtuvo el pasado jueves el Premio Nacional de Poesía 2011 por su poemario Historia de una anatomía, ya  distinguido en el 2010 con el Premio Internacional Miguel Hernández.

Recorrido por un humor “negro y algo meláncolico”, en sus páginas se reconstruye un canto cotidiano a la memoria: la que dedica a su padre –el pintor republicano Lorenzo Aguirre– fusilado durante el régimen franquista; a una época, una generación y unos autores que le brindaron el poder consolador de la poesía; y al cuerpo, que es morada, carga,  acompañante y a veces –como en este poema–  enseña de una afligida retórica.

  

OXÍMORON

Nadie sabe el asombro que produce

descubrir un buen día que tu cuerpo

en el que desde siempre has habitado

alegremente

descuidadamente

era un extraño territorio en el que nada controlabas.

Se podría decir que tu reducto

tu país

era ante todo una figura gramatical

una forma de la retórica.

Esa combinación de contrarios

que tanto se utiliza en el poema.

Pero cuando el experimento nos paraliza el corazón

cuando la sangre se alborota

intentando decir que no

en tanto nuestra cabeza y nuestro hígado

se confabulan y aceptan que lo blanco es negro

entonces mientras el pulso late acelerado

no sabemos qué hacer con este cuerpo

con ese absurdo cuerpo que habitamos.

Porque

aceptar que la sintaxis nos controla la vida

es tan desolador

como la inadmisible justificación de que somos

juguetes del destino.

Aguirre, Francisca. Historia de una anatomía. Madrid: Hiperión, 2010. 87 p.