Si –como decía Yeats– un objeto bello es una alegría para siempre, para los amantes de los libros constituye siempre una doble, o múltiple satisfacción, asomarnos a las páginas de un libro que es además un objeto artístico de gran belleza.
El concepto de libro-arte es rastreable en sus precursores: huesos tallados, tablillas babilónicas, libros de oración tibetanos, manuscritos iluminados en los monasterios y un largo etcétera. Lo encontramos ya concretado en las creaciones de la vanguardia del pasado siglo y desarrollado hasta nuestros días: los caligramas de Apollinaire, los montajes de Lisitski, que concebía al libro como el monumento del futuro, los desacatos de Roth que usaba la comida como material escultórico (“salchichas de literatura”), hasta la poesía visual de Brossa y tantos otros.
Desde el punto de vista del artista, el libro es un soporte más, aunque sus características permiten un diálogo plástico entre la pintura, la escultura, las artes aplicadas, la música, la poesía experimental o el libro de edición normal. Posibilita además utilizar múltiples procedimientos artísticos, incluyendo el potencial de las técnicas más innovadoras, y dota al libro de un carácter lúdico y abierto a los sentidos del espectador/lector.
Con su particular talento artístico, Brian Dettmer utiliza viejos diccionarios, enciclopedias y libros para la basura, deconstruyendo y tallando el papel con la precisión de un cirujano y concediendo a esas viejas obras una segunda vida como esculturas de impresionante belleza.
Una muy interesante y original aportación de cuanto puede hacerse en el mundo de los libros. Todas las expresiones nuevas conjugando materiales antiguos y valiosos y dándoles una nueva forma me parecen siempre muy atrayentes. Es el dominio de la invención.
ResponderEliminarSaludos cordiales
Sí,creo que esa es en realidad la función de cualquier arte verdadero, reinventar constantemente el mundo.
ResponderEliminarGracias por tu correspondencia. Me anima mucho saber que lees estas palabras.
Gracias por tu correspondencia. Me anima mucho saber que lees estas palabras.