Ilustración de Zhao Guojing
LOS JUEGOS DEL TIEMPO
Dizquedicen que había una vez dos amigos que estaban contemplando un
cuadro. La pintura, obra de quién sabe quién, venía de China. Era un campo de
flores en tiempo de cosecha.
Uno de los dos amigos, quién sabe por qué, tenía la vista clavada en
una mujer, una de las muchas mujeres que en el cuadro recogían amapolas en sus
canastas. Ella llevaba el pelo suelto, llovido sobre los hombros.
Por fin ella le devolvió la mirada, dejó caer su canasta, extendió los
brazos y, quién sabe cómo, se lo llevó.
El se dejó ir hacia quién sabe dónde, y con esa mujer pasó las noches
y los días, quién sabe cuántos, hasta que un ventarrón lo arrancó de allí y lo
devolvió a la sala donde su amigo seguía plantado ante el cuadro.
Tan brevísima había sido aquella eternidad que el amigo ni se había
dado cuenta de su ausencia. Y tampoco se había dado cuenta de que esa mujer,
una de las muchas mujeres que en el cuadro recogían amapolas en sus canastas,
llevaba, ahora, el pelo atado en la nuca.
Galeano, Eduardo. Bocas del tiempo. Siglo XXI, 2004. 347 p.
Que buena combinación de cuadro y cuento. Me encanta! Y me encanta el cuadro!
ResponderEliminarSí, Galeano y Zhao Guojing. Al final los caminos del arte propician encuentros bellos e impensados.
ResponderEliminarUn abrazo
El tiempo es un tema eterno, un tema envolvente, un compañero en la vida y en la literatura.
ResponderEliminarSaludos.
Como dijo Machado, nos envuelve como niebla de río una arboleda.
ResponderEliminarFeliz día del libro, J.Julio.