domingo, 23 de septiembre de 2012

LOS DOMINGOS

Imagen de Jo Ellen van Ouwerkerk
Imagen de Jo Ellen van Ouwerkerk



Los domingos, pareciera
que Dios hubiera huido dejando un agujero en la mitad del mundo,
que Dios hubiera bostezado de tan mala manera y con tan mala suerte
que su boca hubiera quedado abierta como una enorme O
donde cabe la entera molicie de los hombres. Son días misteriosos
los domingos, con su rostro de sábana recién almidonada,
con su nostalgia de todas las cosas:
de las que nunca pudimos tener y ya nunca tendremos
y aún de las que nunca deseamos tener, pues es nostalgia
pura la tarde de un domingo;
y una horrible sospecha
de que estamos viviendo en un lugar ajeno
nos aturde el domingo a las tres de la tarde.
A veces el domingo es como un nido.
A veces su inocencia, la simpleza de sus calles vacías, de su cielo
parece que va a hablarnos, a otorgarnos
una revelación
imponderable

Bonnett, PiedadEl hilo de los días. Colcutura, 1995

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