Escribo versos previamente llorados por la ciudad donde he nacido
Juan Gelman
Mi tango has sido tú. Recuerdo que te he escrito
con la mejor ginebra que dio mi corazón.
Luis García Montero
La Tertulia abrió sus puertas en un ya lejano 19 de abril de 1980, cuando Horacio Rébora –Tato– un argentino huido de la barbarie del golpe militar en su país, decidió abrir un bar-librería en esa isla de agitación literaria en que se estaba convirtiendo por entonces Granada. Pronto se pobló con los jóvenes poetas Luis García Montero, Antonio Jiménez Millán, Javier Egea, Ángeles Mora, que idearon allí su manifiesto de La Otra Sentimentalidad, seguidos por los de la generación de José Gutiérrez, Javier Moreno, Carlos Lozano, Ignacio Llamas, todos ellos transitando en esa noche inacabable de alcohol, humo y poesía que llamaban Tertulia o juventud.
Las paredes de este bar de “rojos y conspiradores” resonaron con los versos de José Agustín Goytisolo, Claudio Rodríguez, Jaime Gil de Biedma, Ángel González , Francisco Brines, Mario Benedetti, Juan Gelman, José Manuel Caballero Bonald y Rafael Alberti, entre muchos otros. Éste último grabó su nombre y su recuerdo en una memorable noche del 82 en la que leyó poemas y rindió homenaje a su amigo Federico.
El vídeo documental de la fiesta, que incluye fragmentos de actuaciones y conferencias, acompaña al libro La Tertulia: Memoria coral. 1980-2010, en el que Concha Ortells, Juan Jesús Izquierdo y Horacio Rébora evocan algunos de los mejores momentos de su historia. Junto a más de 600 ilustraciones y fotografías se recogen versos, prosas, reflexiones, notas de prensa y anécdotas que componen un retrato heterodoxo de la vida cultural de Granada.
Toda una época que se extiende desde los primeros años de la democracia en España hasta estos días nuestros, en que tan indignadamente vuelve a reclamarse su necesidad. Junto a la poesía, el teatro y las artes plásticas, la música ha acompañado siempre y ha ido ganando con el tiempo un espacio preponderante en la programación de La Tertulia. Y para completar esa memoria emocional del libro editado el pasado año, sale ahora el disco La Tertulia, memoria vocal, que recoge casi una veintena de voces que han volado en su cálido escenario.
Cocktails and Broken Hearts. Jack Vettriano
Y junto a los versos, las canciones, de Enrique Morente, Paco Ibáñez , Joaquín Sabina, Javier Krahe y tantos otros. Y entre todos, siempre el lamento del bandoneón, la milonga y el tango –ese sentimiento triste que se baila– en palabras del maestro Discépolo. Como homenaje a esta música de perdedores y disidentes, y teniendo como base un concurso de letras de tango, La Tertulia publicó en el 82 el libro Granada Tango, que ya en el subtítulo, “Libro para bailar con las ciudades y en solidaridad con nosotros mismos”, expresaba claramente la intimidad de sus autores en un trasnoche de farras, conversaciones y acordes canallas.
Para conmemorar sus treinta años de hospedaje a la poesía, la música y otras artes, La Tertulia celebró en abril del 2010 el festival “30 años en 30 días” donde a lo largo de un mes el buen vino se mezcló con la música, las actuaciones y la palabra de autores de cuatro generaciones, como la de los creadores del Manifiesto Canción del Sur (Juan de Loxa, Enrique Moratalla), de los protagonistas de revista Letra Clara, y de otros que como Javier Bozalongo, Andrea Percciacante o Andrés Neuman han recalado últimamente en su puerto noctámbulo.
El vídeo documental de la fiesta, que incluye fragmentos de actuaciones y conferencias, acompaña al libro La Tertulia: Memoria coral. 1980-2010, en el que Concha Ortells, Juan Jesús Izquierdo y Horacio Rébora evocan algunos de los mejores momentos de su historia. Junto a más de 600 ilustraciones y fotografías se recogen versos, prosas, reflexiones, notas de prensa y anécdotas que componen un retrato heterodoxo de la vida cultural de Granada.
Toda una época que se extiende desde los primeros años de la democracia en España hasta estos días nuestros, en que tan indignadamente vuelve a reclamarse su necesidad. Junto a la poesía, el teatro y las artes plásticas, la música ha acompañado siempre y ha ido ganando con el tiempo un espacio preponderante en la programación de La Tertulia. Y para completar esa memoria emocional del libro editado el pasado año, sale ahora el disco La Tertulia, memoria vocal, que recoge casi una veintena de voces que han volado en su cálido escenario.
La otra noche sus paredes me brindaron el sabor de los buenos versos y la música porteña. Apurando una copa de nostalgia, agradecí su abrigo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario